Autor: Akiko Higashimura
Género: Autobiografía, Recuentos de la vida, Comedia, Drama
Año: 2012 - 2015
Volúmenes: 5 (Terminada)
Hace un par de meses me dieron ganas de leer algún manga. La
verdad es que hace tiempo que no lo hacía porque de un tiempo a esta parte me
pasa que no leo manga porque (a) son infinitos y la idea de leer tanto sin que
la serie dé el menor indicio de acabar no me agrada, y (b) la mayoría de las
sinopsis no me llaman la atención.
Al final me puse a buscar por el ciberespacio el manga Koe
no Katachi/A Silent Voice, pero al llegar a una de esas páginas que proveen de manga
gratuitamente me llamó la atención otra cosa. Total que acabé leyendo Kakukaku
Shikajika, principalmente porque la serie terminó este año y, con cinco
volúmenes, me pareció bastante atrayente. Así que me lancé a leerla para ver
qué onda.
Por absurdo que sea, me sentí estafada por el hecho de que, en la vida real, la autora no llevaba el cabello así de claro. Sí, es absurdo. |
Kakukau Shikajika cuenta la historia autobiográfica de su autora y cómo es
que llegó a convertirse en mangaka (nunca había oído de ella, pero me pareció bien leer josei, para variar...). La narración comienza con Akiko Hayashi, en su
último año de escuela y sus esfuerzos por entrar a la carrera de Bellas Artes
en la universidad, como una forma de mejorar su dibujo para luego dedicarse a
su verdadera pasión: el manga. El inicio de la historia relata como la chica se une a un taller de dibujo en donde personas de todas las edades son instruidas -y agredidas verbal y físicamente- por un hombre llamado Kenzou Hidaka. Luego se van retratando diferentes momentos del camino que sigue Akiko para convertirse en lo que sueña, pasando por la universidad, su primer trabajo como ayudante de mangaka y su primera publicación, entre otros momentos.
No obstante a que Akiko es la protagonista de la historia,
lo cierto es que este protagonismo lo comparte con su maestro de dibujo. Este hombre, que al principio se muestra
agresivo, tirano y sin el menor tacto a la hora de dar críticas (bueno, se
muestra así porque es parte de lo es), poco a poco se va revelando como una persona atenta y amable y, sobre todo, apasionada por el arte y porque sus discípulos tengan éxito. Al cabo de un par de capítulos uno acaba cogiéndole un cariño enorme. El
maestro y su relación con la joven aspirante a mangaka son el eje alrededor del que gira toda la historia.
Hidaka tiene una cara de maleante que te la encargo. |
También me sucedió que mientras leía sentía perfectamente la pasión de los personajes por crear y mejorar, cosa que me daban ganas de tomar un lápiz y dibujar sin parar. Lamentablemente, cuando lees manga a las tantas de la noche tienes que irte derechito a la cama y no puedes darte el lujo de desatar tu creatividad. Total que toda la energía artística se perdía, pero aún así me dejaba una sensación de, no sé, ¿confraternidad? con el mundillo de aquellos que toman un lápiz, aunque solo dibujen figuras de palitos o sean muy malos con la anatomía (como yo), y aún así siguen adelante con el dibujo.
Los personajes son divertidos e interesantes (qué capacidad de expresión): no por nada están basados en personas. Los padres, por ejemplo, con su desesperación por hacer que Akiko comience a ser un miembro productivo de la sociedad me hicieron reír, sentirme mal por la protagonista y también por ellos, en partes iguales. Me agradaron como personajes. También se lleva sus puntos la amiga semi apática y los compañeros de la universidad (soy pésima con los nombres japoneses). El novio, al estar casi explícitamente idealizado es el personaje que se me antojó más plano de todos, pero también está el hecho de que lo más probable es que la autora tuvo cuidado de no herir susceptibilidades con él y por eso lo construyó de esa forma.
Hidaka-sensei, best sensei ever... Si le perdonas toda la agresión verbal y física a sus alumnos. Igual best sensei ever. |
¿Mencioné que solté algunas lágrimas con este manga? Pues,
sí. Aunque es cierto que últimamente todo me toca la fibra sensible, me pareció que el
momento que me conmovió estuvo bien logrado. Y ganó el Taisho award, se me olvidaba (En realidad no sé mucho de ese premio, pero hay que mencionar los premios).
Y derramé un par de lágrimas. Muchas menos que Limonagrio, pero igual. |
Finalmente, esta obra resulta interesante para aquellas personas a las que les gusten las historias de esfuerzo, paso de la niñez a la adultez, dibujar y, naturalmente, el mundo del manga.
Considero que esta obra logra efectivamente transmitir la pasión por el arte y
el sentimiento de querer mejorar. Lo recomiendo para alguien que quiera leer algo de tono cotidiano y centrado en los personajes.
Kakukaku Shikajika
fue un gran descubrimiento para mí. Tuve que leerme toda la serie de tirón
porque mi cerebro no se podía concentrar en otra cosa (cuando no lo estaba leyendo
le contaba la historia a mi hermana melliza, para variar). En resumen: me
encantó, me impactó y se ha convertido, probablemente, en uno de mis mangas favorito de "no-acción". Tanto así que me lo compraría en papel.
4,5/5 ¡Vamos todos a dibujar (aunque aún apestemos)!
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